Este tipo de frase es terapia emocional barata, cutre y lo peor de todo, paradójica. No se puede afirmar que no le deseas el mal a nadie y a continuación decir que se agradece la caída de algo o alguien que se lo merecía. Si "agradeces" que las cosas se "caigan por su propio peso", sin duda estabas deseando que se produjese su mal o simplemente te alegras por su desgracia (según en qué casos, esto no tiene porqué ser malo). Pero es que a algunos les gusta quedar bien siempre (bienqueda) y lucir sus alas de ángel en las puertas del infierno.
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